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viernes, 1 de diciembre de 2017

Elzbieta, delicadeza y poesía en historias llenas de magia y nostalgia.

Elzbieta. Su nombre completo es Murawska Elzbieta.(1938-2018) Nació en Cracovia, Polonia. Estudió Bellas Artes en Varsovia y actualmente vive en París. Es pintora, fotógrafa y creadora de libros infantiles que escribe e ilustra. Su obra ha sido expuesta en importantes muestras internacionales, museos y galerías de todo el mundo. Ha recibido importantes galardones europeos, como la Medalla de Oro de la Bienal de Ilustración de Bratislava y el Premio de Arte Visual para Niños de Poznán. Ha sido dos veces nominada para el premio Astrid Lindgren.
La poesía y elegancia siempre están presentes en el trabajo de esta autora. Las cálidas y acogedoras  ilustraciones dan fuerza y emoción a sus sencillos textos.


Reseño tres de sus libros: 






“¿A dónde van los niños?”, Elzbieta, Ed. Kalandraka. Dos osos de peluche dialogan con nostalgia sobre qué les ocurre a los niños, que  siempre desaparecen y no vuelven a ocuparse de ellos. Las suaves ilustraciones con lápiz de color y acuarela crean un clima cálido y lleno de ternura que lleva a los adultos a reflexionar sobre su niñez y acompaña a los niños en la añoranza de sus primeros años.
















“Pequeña luna”, Elzbieta, Ed. Kalandraka. Retrata el comportamiento inocente de los niños más pequeños cuando el conejito, admirado por la presencia y belleza de la luna, dice a todos “¡Ahí está!”, pero se sorprende de que a los demás animales no parezca importarles y sólo se preocupen del descanso y el silencio. Con las bellas, elegantes y poéticas ilustraciones que caracterizan a la autora y que dan a sus texto una dulzura difícil de conseguir.












“Flon-Flon y Musina”, Elzbieta, Ed. SM col. Barco de vapor, Los piratas. Es un libro emblemático que se lee en muchos colegios en la celebración del Día de la Paz. Con imágenes delicadas y poéticas trata el tema de la guerra con gran respeto hacía los pequeños lectores, sin olvidar la seriedad y profundidad que requiere. Dos niños son amigos y siempre juegan juntos, pero llega la guerra y tienen que encerrase en sus casas y separarse. Desde ese momento todas las imágenes aparecen enmarcadas por una ventana o una puerta, excepto al final, cuando acaba la guerra y vuelven a reunirse, trasmitiéndonos un mensaje de esperanza al mostrar que la amistad y el cariño logran vencer y superar la incomprensión y sordidez de la guerra. 







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