Nos cuenta historias de transformación y los cambios cíclicos de la vida y la naturaleza con una poesía y simplicidad que nos cautivan.
Son libros muy elegantes, llenos de detalles, que hay que observar con tranquilidad y silencio. Requieren un clima especial para disfrutarlos y aprovecharlos mejor. Para enseñarlos a los niños debemos encontrar la ocasión adecuada, momentos sin agitación ni estrés.
“El globito rojo” , Ed.Kalandraka Un clásico del Álbum ilustrado. Historia de un globo que se transforma en infinidad de objetos inimaginables: una manzana, una mariposa… Un ejercicio de imaginación. El globo rojo muta una y otra vez creando formas e imágenes muy atractivas y sorprendentes.
Guillermo Vázquez ha realizado una bella reinterpretación del cuento usando las ilustraciones de Iela Mari
Y, aunque yo soy partidaria de contarlo y mostrarlo de forma más sencilla, dejando que los niños lo vean sin ningún añadido, cuando ya se ha trabajado y lo conocen bien, una forma muy imaginativa de contar el cuento que me ha gustado mucho es la que les copio.
“El erizo de mar”, Ed. Anaya. Un elegante e imaginativo relato de transformación de esta ilustradora.
“Historia sin fin”, Ed. Anaya Una historia de animales en movimiento, los animales se persiguen unos a otros y el perseguido resulta a su vez perseguidor. Las ilustraciones de esta historia sin palabras son muy claras. Hay una segunda historia en el libro que cuenta, también de forma circular, el nacimiento de un pollito.
“Las estaciones” y “La manzana y la mariposa”, ambas en Ed. Anaya. Otras narraciones características de Iela Mari, presentando nuevamente estructuras circulares que proporcionan a los niños conocimientos básicos de la vida.
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